Recuerda:
Recuerdo haber leído una historia que me dejó una huella profunda. Henry Ford había iniciado la producción de vehículos en línea y se quedó sin caucho para las cubiertas. Después de una búsqueda exhaustiva, decidió enviar una expedición a África para establecer una planta de extracción de caucho.
La planta fue un éxito inicial, pero de repente se cortó la comunicación y no llegó más caucho. Ford envió hombres armados a investigar y lo que encontraron fue devastador: 100 operarios habían sido degollados y sus cabezas reducidas estaban empaladas en la planta.
Lo que me impactó fue la respuesta de Ford. En lugar de esconderse o negar responsabilidad, escribió cheques sustanciosos y visitó personalmente a las familias de las víctimas para ofrecerles su pésame y indemnizarlas. Esta acción sincera evitó una demanda colectiva que podría haberlo llevado a la quiebra.
La historia me enseñó que, si un problema tiene solución, es mejor trabajar en ella. Y si no la tiene, no vale la pena hacerse problema. También me hizo darme cuenta de que la mayoría de mis problemas son insignificantes en comparación con otros, y que si otros pudieron superar desafíos similares, yo también puedo.